lunes, 14 de mayo de 2012

¿Evolución?, ¿Involución?


Recuerdo las historias de mis abuelos, las de mis padres, las de mis tíos, la de mis  vecinos, las de …
Hablaban de un mundo mejor, de una posibilidad en la vida, del progreso, de la salida a sus males. Y hablaban de ello en la lejanía, en el riesgo, en la aventura de tener que marcharse a otros lugares desconocidos, extraños, anónimos. 

Y en verano, año tras año, cuando los que se marcharon volvían al rencuentro temporal concedido por sus maravillosas empresas, en forma de vacaciones estivales debidamente pagadas, cuando nos reuníamos al refresco de una gaseosa “exquisita” o “casas”, con el chato de vino de “Colado” o “Gutierrez” los mayores, escuchábamos sus historias maravillosas, sus relatos fantásticos de sueltos astronómicos en empresas de envidia, sus vidas de ensueño con la posibilidad de elegir el trabajo deseado.
Nosotros, con la boca abierta, veíamos fotos de lugares idílicos, montábamos en sus coches maravillosos (algunos alquilados para la ocasión y el aparente), soñábamos con que algún día también podríamos estar como ellos, trayendo dinero como ellos, ayudando a la familia como ellos……….. trabajando hasta la extenuación como ellos, en trabajos rechazados, repudiados, esquivados por los nativos de esos países……… como ellos (a que me suena esto).

Los tiempos, por suerte, nos han ido siendo propicios; la aportación de estos compatriotas que se dejaron la piel, la mejora de la calidad de vida, el progreso, la formación de las nuevas generaciones, hizo de nuestro país uno más, con los adelantos, las empresas y los sueldos a la altura.

Y las historias de mis abuelos, las de mis padres, las de mis tíos, la de mis  vecinos, las de…… se quedaron en eso: en historias……..o eso nos creíamos.

2012, siglo XXI, con una generación de jóvenes que se comen el mundo, que tienen la suficiente preparación intelectual, personal y social como para estar a la altura, como mínimo, de cualquier otro joven de otros países; con ganas, con ilusión, con iniciativa, tan solo les queda pedir a sus padres que les recuerden las historias de sus abuelos, de sus bisabuelos.. y soñar, y rendirse, y claudicar y someterse……¡¡O NOOO, QUE COÑO!!, que esta gente no tiene miedo a lo desconocido, a conquistar de nuevo Europa, a echarse a la calle a buscarse la vida, porque tienen un par, y encima cuentan con la consideración, el respeto y el reconocimiento profesional de los países europeos que reclaman su presencia por su formación y saber hacer.

Dicen los sociólogos que contamos con la generación mejor preparada de la historia………..que suerte van a tener los países europeos.



 “Salir de tu tierra es como arrancarte del suelo donde tienes hundidos los pies, que son tus raíces, el emigrante no es el culpable de la crisis, es su victima más vulnerable”

 Salud

sábado, 21 de abril de 2012


La mañana es triste, nublada, fría, desangelada.

Fulanito pasea junto al Instituto Agustobriga pensativo, ausente, en su mundo. Tiene 81 años, una larga y dura vida de trabajo, penalidades y malvivir en esa finca en el culo del mundo, al cuidado del ganado del señorito. Solo, “abandonado” durante meses en ese recóndito lugar, sin nadie que le visitara, sin ninguna comunicación con la “civilización”.
Fulanito no sabe leer ni escribir porque desde chiquinino lo único que aprendió fue a trabajar, a obedecer a ser sumiso; desde hace un tiempo Fulanito tiene lagunas en la memoria, se le olvida donde está y quien es.
A eso de las once, se sienta en un banco junto al poblao; le gusta irse siempre allí porque le agrada ver tanta chavalería, siente algo especial al ver tanta gente junta, riendo, conversando, jugando, disfrutando.
Fulanito tiene suerte, puede moverse con independencia, sale y entra de la residencia cuando quiere, y aunque no tiene a nadie, de momento no lo necesita.

Menganito tiene 79 años, desde que tenia 10 tuvo que echarse a los caminos para ayudar a su familia, la posguerra era muy dura, había que alimentar muchas bocas en esa casa y había que echar una mano a padre que pa eso es el hermano mayor. A Menganito le costó aprender a leer, escribir y hacerse sus cuentas, la escuela le duró poco, y la mejor escuela como decía su padre es la vida.
Menganito no ha tenido la suerte de Fulanito en lo que respecta a la salud, el cuerpo se le ha deteriorao prematuramente y le está poniendo al limite de sus posibilidades.

Pero Menganito no está solo, tiene a su familia, tiene a sus hijos, a su muhe, y no le van a fallar, van a estar ahí hasta el final, porque tampoco él les falló cuando tuvo que tirar del carro, cuando puso su vida, su tiempo, su trabajo, su entrega a disposición de su familia, pa que no les faltara de na.
Por eso Menganito está tranquilo, apacible, y aunque tenga algún sobresalto de vez en cuando, producto de su deterioro cognitivo, enseguida es consciente de que esa mano que le agarra, esa caricia que recibe, ese beso que le dan, es cariño, es  amor, es confianza….

Fulanito y Menganito forman parte de esa generación que les toco lidiar con las mas fea; los niños adolescentes de los años 40; los adultos de 10 ,12 y 14 años que tuvieron que dejar los números, las letras, la geografía, la historia……. la infancia, porque tenían que estar donde tenían que estar, porque los tiempos no estaban pa perderlos en zarandajas y chuminás como sentarse en un pupitre tol día, porque había que subsistir y esperar a que llegaran tiempos mejores.
Y aunque no tuvieron tiempo pa conectarse al tuenti, o crearse una cuenta Facebook, o estar pendiente del skype; y aunque no se pillaron ningún berrinche porque la batería del móvil se acaba y no podía whatsappear con el amigo que tenían sentado al lado; y aunque no les vagaba ser niñatos caprichosos, malcriados, maleducados y consentidos, estuvieron a la altura, y dieron la cara, y superaron con creces lo que se les pedía…………….y seguían siendo niños.

………….. cuanto tenemos que aprender de nuestros mayores.


“La adversidad nos desafía: o  saca lo mejor  de nosotros o nos quiebra.
Cuando en la vida se presenta la adversidad es cuando cosechas lo que has invertido antes: humildad, disciplina, esfuerzo, entrega.”

Salud

lunes, 26 de diciembre de 2011

Esa fue la pregunta que nos hizo a todos los colaboradores de La Gaceta, su director y sin embargo amigo Julián. “definírmelo en unas cuantas líneas si es posible”;

Lo que tú digas dire, aquí estamos, pa satisfacer tus caprichitos, joio.

Me hubiera gustado hablar de la Navidad desde las vivencias compartidas con mis amigos. Los inicios, cuando debidamente organizados, con una distribución exhaustiva de instrumentos y con las canciones pertinentes aprendidas y coordinadas por todos y cada uno de los integrantes del numerosísimo grupo, recorríamos casas, bares y demás establecimientos rondando, sin prisas, con alegría, creyéndonos lo que hacíamos (por supuesto nada que ver con el mercadeo que se realiza ahora: media canción a toa leche, muchas veces sin tener que ver nada con la navidad, y a otro sitio pa que cunda).

También hubiera estado bien hablar de épocas posteriores, cuando ya calzábamos las 15, 16 o 17 primaveras; los recorridos por las casas de cada uno; de vez en cuando parada técnica en el bar que nos cogía de paso, calle arriba, calle abajo …………

Pero sin duda de lo que quiero hablar es de esa Navidad que recuerdo con más cariño, que se me ha quedado más marcada, que sin duda añoro. Esa Navidad que esperaba impacientemente su llegada pa que nos juntáramos casi toda la familia, los amigos de la familia, los amigos de los amigos de la familia, y algún añadido que siempre se acoplaba y ajuntabamos.

Era una gozada, ya podías ir por donde fueras, ya podía ser la hora que fuese, ya podías estar donde estuvieras, siempre, SIEMPRE había un grupo, una cuadrilla o una familia cantando; y en el encuentro, como era menester, parada, canticos conjuntos, intercambio de refrigerios, saludos, felicitaciones, besos y demás costumbres típicas de estas fiestas.

……..a las tantas, el tío coruja que pide la excusa de unos minutos de ausencia para hacer un mandao; el cachondo del cuñao, El bizcochero, que le suelta la parrafada a ritmo de canción navideña: “donde vas coruja, donde vas corriendo, a llevar la niña que se está durmiendo”. Mientras se producía la esperada reincorporación, canticos y más canticos, calle arriba y calle abajo, reencuentros con otros grupos ………..y ambiente, alegría, cordialidad, buen rollo y familiaridad entre todos.

Cuando todavía veo grupos (los que por aquellos tiempos eran niños como yo o un poquino más grandes), haciendo sonar las zambombas, las botellas, los admíreles y demás instrumentos autóctonos, siento envidia, me lamento por no seguir practicando esa tradición, los admiro y sobre todo los respeto porque siguen recordándome que un día todos los que aquí vivíamos éramos capaces de vivir, convivir y sentir juntos.

“Soy una persona: nada de lo que es humano me es indiferente”

Salud

jueves, 1 de diciembre de 2011

MEMORIAS DEL JUCHE - LOS CANOS

Puffff, hablar de los Canos es hablar de sentimientos, de recuerdos, de cariño, de solidaridad, de avatares………. DE AMIGOS.

Ahora, desde la tranquilidad y el sosiego que te da la edad, la experiencia, la vida, recapacitas y haces balance de lo que has vivido, de lo que vives, de lo que te espera, y por muchas vueltas que le des siempre vas a parar al mismo sitio, a lo que merece la pena.

Los Canos se gestaron en “Las Minas” allá por los 60-70: barrio obrero, humilde, “marginal”, sencillo, orgulloso, altivo, solidario, familiar……… fiel. En un principio, y como es normal, todos los del barrio éramos amigos: Mariete, Ramirin, Riolobos, los Casillas, Paco Bermejo, Angel Colito, Juanjo, su hermano Paco Cortes, Pedro, los Tejera, su primo Valentin (Tinin), Jose Antonio Jiménez, Paco Carrasco, Antonio y Susi Jiménez, Paco Parra, Jose Luis Arroyo, Mingui, su hermano Paco, Fernando Muñoz, su hermano Julián, Antonio Morales, Bernardo, Mánuel Postigo, Angel y Edu, los Ameiro, Belisario, Agustín Mazo, etc, etc, etc, etc, etc, (perdonadme los que no menciono, pero no pretendo hacer una lista, solo recordar).


Luego, el tiempo hizo que cada uno emprendiera su destino; unos se marcharon de Navalmoral; otros se echaron novia demasiao pronto; otros cambiaron de barrio; otros…... y quedamos los que quedamos, los “fundadores”, los originarios, los canos canos: Ángel, Juanjo, Reyes y Checa (los floridos), Mario, Casillas, Pedro y Carlos (los distrito), luego Luis Marcos, Pepin y Lalo, ala la familia al completo; y nos hicimos pubescentes, zagales, jóvenes. Todo nos unía, todo nos diferenciaba, todo era de todos, todos éramos todo; y como jóvenes adolescentes, con la responsabilidad, con las ideas, con los pensamientos, con la fuerza que conlleva esa edad (o sea mu poquita mu poquita), vivimos.

Pasado el tiempo, desde una vida totalmente diferente, desde una manera de ver las cosas distinta, cuando te encuentras con alguno, que a lo mejor llevas un tiempo sin verlo, recuerdas, añoras, y llega la nostalgia, y una sonrisa te viene, y la melancolía te invade, y este tiempo vivido te hace aflorar sentimientos dispares: lágrimas, sonrisas, te da el bajón, te sube la adrenalina ……………..sientes; y a los ojos te viene ese brillo de complicidad, de cariño, de amistad con letras mayúsculas, de buen rollo.


Ahora que todo es superficial, anodino, insustancial, intrascendente, no nos vendría mal juntarnos todos: los amigos, los conocidos, los “adversarios”, los “rivales”, los quintos, los vecinos……. y recordar, y compartir, no con la pretensión de querer volver a tiempos pasados, que es imposible, pero si para valorar cosas tan sencillas como las aquí expresadas, y que sin duda nos bajarían a todos un poquino los humos que nos invaden de individualismo, intolerancia, ambición, insolidaridad, egoísmo, deshumanización .

No he querido en ningún momento personalizar mi recuerdo, nuestro recuerdo, al fin y al cabo le puedes poner el nombre que quieras “Canos, “Villarines”, “Silva”, “Cerrucos”, etc, etc, etc, lo que he reflejado es una vivencia más, un reflejo de “aquellos tiempos” que son atemporales, un sentimiento, una vida.

Y, con matices, sin duda ¿a que todos los que lo vivimos sabemos de lo que hablamos?.

Salud