¡¡¡Por finnnn!!!

Mira que nos ha costao trabajo; hay que ver que parecía que no iba a llegar; ya estaba yo pensando que si había por ahí algún brujo, hechicero, embaucador o aojador que nos hubiera echado una maldición.

Y es que no era normal, desde mayo, fecha en la que mi Loli y yo celebrábamos nuestro veinticinco aniversario

de boda, de compartirnos, de acompañarnos, de disfrutarnos de …………, hemos hecho todo lo posible por organizarnos, dentro de las actividades previstas (e incumplidas, la mayoría por causas ajenas a nuestra voluntad), un viajecito que estos dos peazo hijos que tenemos nos querían regalar.

Y llegó la fecha, ya sin excusa, sin pretextos, sin más demoras, me puse a ello, y ete ahí que encontré algo interesante a un lugar que los dos queríamos visitar: Roma y Florencia.

Que maravilla, hemos estado cinco días para no olvidar en dos de las ciudades más bellas del mundo mundial (por lo menos para nosotros).

Han sido jornadas de mucho ajetreo, de mucho andar, de mucho visitar, de mucho ver; y hemos terminao reventaos por las tardes noches (es que allí anochece a las 16,30 horas, y esas no son horas), pero ha merecido la pena.

Hemos aprendido a que las cañas y los cafés se tienen que tomar en la barra que si no te sajan vivo en las mesas (mínimo el 50% del importe); que las cervezas y otras bebidas generosas (con alcohol) te cuestan un güevo y la yema del otro, por eso lo mejor era comprar en las tiendas la bebida fresquita y un trozo de pizza pal pincho de media mañana.

Que te hartas de comer pasta y pizza, pero a mi no me importaba porque me gusta; que el cafés esta mu rico y es barato; que te pegan unas clavadas de escándalo en las comidas de menú porque luego te meten el servicio, algunos los impuestos y otras cosas que no figuran por ningún lado, así es que mejor ajustarlo antes de sentarse; que la gente es muy amable; que puedes pasear sin problemas por cualquier sitio a pesar de lo que dicen de la inseguridad por los extranjeros, sobre todo africanos (cada uno va a lo suyo y no me he sentido en ningún momento inseguro, ni mi Loli tampoco).

Que hay que patearse Roma a pie porque en cualquier rincón hay algo que merece la pena ver y disfrutar (nosotros una media de 16 km diarios medidos con podómetro fiable); que hay que coger un hotel céntrico para moverse bien: el nuestro, junto a la estación Termini, “Des Artistas”, (je je como nosotros, menudos artistas que estábamos hechos los dos), muy bueno y recomendable; que hayq ue ir con la mentalidad abierta al disfrute de todo lo que se te presenta (en el buen sentido ¡eh!).

En fin que más queréis que os cuente, si eso hay que verlo y gozarlo en propias carnes para poder expresar lo vivido.

Salud capitantrueno