jueves, 7 de mayo de 2009

Que situación, que sinvivir


Suena el despertador: las ocho, “venga hijo que hay que ir a la escuela”. Desayuno, a ponerse la ropa, bien abrigadito, a la calle y al coche, a su habitáculo inmunizado, insonorizado, “descontaminado”, protegido de no sabemos qué……. aislado.


“Desde su pequeño mundo”, a través del cristal ve a otros niños. Ríen, juegan, saltan, se empujan, charlan, se agarran; alguno incluso tiene la osadía de pisar algún charco que se encuentra en su camino: “mamá, mamá, porque esos niños van andando a la escuela, porque ríen, porque juegan, porque se abrazan, porque se empujan, porque……”.


“Pero mamá, ¿es que son niños malos?, ¿es que sus papas nos les quieren y les dejan ir andando al cole para que les pase algo?, ¿es que no deben ir protegidos, escoltados, aislados, y apartados del mundanal ruido como yo?, ¿es que a ellos no les pasa nada por ir andando y a mi si?”.


“No te preocupes hijo, ellos no son como tú, son niños como los de antes,, con padres como los de antes, con costumbres como las de antes”; “tú no, tú eres especial, tú vienes conmigo, para que yo te proteja, para que yo te cuide, para que yo te controle”.


……..Y llegamos a las inmediaciones, se empiezan a vislumbrar vehículos, muchos vehículos, con muchos niños en su interior, protegidos, guardados……. y aglomeraciones, muchas aglomeraciones, coches por aquí, coches por allá; encima de la acera, en doble fila, en el paso de peatones, en mitad de la calle (casi llego a contarlos un día: por cada niño un coche, “ole la crisis”). ¿Y los niños?, a quien te refieres, ¿a los de antes?, ¿a los de a pie?, pues como pueden: sorteando coches, corriendo entre ellos para cruzar, bajándose a la calzada porque la acera esta llena………… riendo, jugando, mezclándose, socializándose, comunicándose, viviendo su edad. Los otros, en sus blindados, cerrados, aislados, protegidos, custodiados, amparados, esperando que de la hora para entrar directamente a la clase.


Que descontrol, que situación, “cuidao pa no controlar esto”, “ya esta bien” . “¿Pero quien se queja?”, dice uno que pasa por allí, “No, no, si el que se está quejando es el que ha venido en coche a traer a su niño, y lo tiene allí, en doble fila, el que menos tenía que hablar”.


Porque nos empeñamos en hacer diferentes a nuestros hijos, ¿es que ya no nos acordamos de cuando nosotros lo éramos?; ¿tan mal lo hicieron nuestros padres?, ¿es que ya se están perdiendo todas las buenas costumbres, valores y arraigos que teníamos?.


No os parece que estamos haciendo personas muy dependientes, con falta de autonomía, de confianza en si mismos, sobreprotegidos, sin iniciativa propia, con falta de habilidades sociales tan básicas como la comunicación, la participación, el ser asertivos. Permitámosles que se realicen, que crezcan con sus iguales, que se comuniquen, que empaticen. Que se lleven satisfacciones y fracasos; que tengan ilusiones y frustraciones; que obtengan lo que se merecen y lo que no, no… que vivan la realidad del mundo en el que están. Dejémosles que vayan juntos a la escuela (nosotros podemos ir igual, pero sin pretender ser sus guardaespaldas), dejémosles que disfruten de su infancia, que se empujen, que rían, que se mezclen, que se diviertan, que se agarren, que pisen algún charco, o el carámbano, que ……… ¡Y dejar los coches en casa coño, que luego nos quejamos de que se anda mal por las ciudades y pueblos!


Las personas somos los únicos animales que tenemos la capacidad de comunicarnos, entendernos, discrepar, expresar nuestros sentimientos, ¿Por qué? porque somos seres sociables que necesitamos de los otros para desarrollarnos como personas, sino, pues eso, seriamos animales viviendo en manada sin otro menester.



Salud

© capitantrueno



5 comentarios:

Bel dijo...

Pues que razón tienes... yo recuerdo mi infancia corriendo por las calles, en la plaza jugando, llegar a casa llena de barro... pero es que me da miedo que le pase algo... no sé, tal vez sea cosa mía pero la seguridad de hoy en día no es la de antes...

Besos.

capitantrueno dijo...

Sin duda no es la misma situación. Pero ¿no crees que todos necesitamos nuestro espacio?. Con ellos, nuestros hijos, podemos estar pendientes, sin duda, además debe ser así, pero no podemos agobiarles, debemos dejarles que se realicen, dentro de unos márgenes que todos debemos tener y hemos tenido.

De todas formas: que lejos está la realidad de los sueños ¿verdad?....... y al fin y al cabo “los sueños, sueños son”; pero a mi me gusta soñar y pensar que algunas de las cosas buenas que tenemos o hemos tenido no tenemos porque perderlas.

Por cierto, al hilo de esto, se me había olvidado la música, pero tú me has dado una buena idea.


Salud

Bel dijo...

Acertadísima esa música.

Y los sueños no creo que esten tan lejanos de la realidad... que nunca dejemos de soñar!

Besos.

Cris dijo...

jajajajja, me temo que el mío ríe, juega, corre, pisa charcos y se empuja demasiado. Pero qué remedio... no tengo coche...


Salud!!!
(Y me alegro por lo que me dices en el post anterior :P)

capitantrueno dijo...

Y aunque lo tuvieras Cris, sigue disfrutando de tú hijo que ya llegaran "tiempos peores" (pubertad, adolescencia, amorios, caprichitos, etc, etc, etc), en fin , que te voy a contar que tú no sepas.

Salud