Mi amigo jose cachan, el compadre y yo

A parte de otras cosas, el club “Amigos de la bici” me ha permitido desarrollar una de las cualidades más beneficiosa, importante y exclusivas que tenemos los humanos por el hecho de serlo: la socialización.

Que bonito, que bien suena, como queda esto delante de la gente; pero claro hay que desarrollarla, hay ejercerla, hay que vivirla, hay que saborearla. Si de algo me siento orgulloso a largo de esta etapa de mi vida con este colectivo, es la oportunidad que he tenido de conocer a gente, muy buena gente. Con ella he compartido muy buenos momentos ….. y malos, por supuesto; no cabe duda que serán difíciles de olvidar a lo largo de la vida. Cuando seamos un poco más mayores, cuando nuestras piernas no nos respondan, cuando la bici sea un recuerdo grato, agradable, cariñoso y nostálgico, seguro que acompañando a nuestros recuerdos de recorridos por carreteras interminables, por lugares cautivadores, por sitios desconocidos, nos vendrán a la memoria esos buenos ratos que compartimos con los que tuvimos un poquino mas que amistad, con los que nos unió algo más que buen compañerismo, con los que disfrutamos momentos inolvidables. Y ahí estaréis vosotros jodios, vuestras risas, vuestras putadas, vuestros consejos, vuestra compañía……… vuestra amistad sincera.

Os citaría a todos, sin duda, resaltaría a algunos en especial, ¡claro! (Sgto de Hierro, Capitán Hiena, Muchachón, Redondo, Caldas, boli, Vazquez, etc, etc, etc), pero sin duda, por encima de todos, aunque solo sea por los ratos que hemos compartido, porque a lo mejor ha habido una química especial (lo mismo), porque desde el primer momento congeniamos, a lo mejor por los momentos en los que os he tenido que llevar a los dos (uno a cada lado mío, sacando fuerzas de flaqueza para controlaros y llevaros a buen puesto) y viceversa; o en esos momentos que nos daba por bucear en las profundidades del “infinito” y se nos olvidaba sacar la cabeza, pero que al fin y al cabo no nos preocupaba porque allí siempre estábamos uno de nosotros. En fin, puestos a rebuscar, seguro que encontraría cualquier pretexto para justificar estas alegaciones, pero como no es cuestión de de justificar nada, pues eso, que solo quiero deciros que os quiero cabrones, y espero que estemos muchos años disfrutando de nuestras compañías.

Ni que decir tiene que en esta elucubración no incluyo a mi cuñao, para el tengo que emplearme a fondo, expresar un sentimiento en unas pocas líneas es complicado la verdad, pero el es mi hermano, y por supuesto, merece una atención muy especial.

“Un hermano puede no ser un amigo, pero un amigo será siempre un hermano”

Salud © capitantrueno