sábado, 10 de enero de 2009

Navidad, “dulce” navidad

Y llegó la Navidad: amor, fraternidad, buenos deseos, alegría, familiaridad……………., odio, insultos, golpes, vejaciones, desprecios, humillaciones.

Mientras la mayoría de nosotros disfrutamos de estas fechas, compartimos buenos deseos, lo mejor para todos, un día sí y otro también, un energúmeno, un miserable, una escoria humana se permitirá el lujo de hacer la vida imposible a una mujer por el hecho de ser eso: una mujer.
Nosotros (la mayoría), mientras tanto, desde la lejanía de un hecho que no nos afecta, condenamos, nos lamentamos, e incluso, haciendo un esfuerzo, minoritariamente, nos atrevemos a guardar un minuto de silencio en la plaza de un pueblo de cualquier rincón de España.

Es un hecho que algo no se está haciendo bien; esta ley de Medidas de Protección Integral contra la Violencia de Género no está dando los resultados deseados; aumenta la violencia, cada día hay más casos, y para eso ya se encargan de recordárnoslo los medios de “comunicación” continuamente; se ven las sentencias dadas por algunos jueces, las medidas tomadas por esos mismos o por otros. Esto hace que la gente se insensibilice, que lo tome como una rutina, que nos deshumanice, que no veamos soluciones.

Vivimos en un país garantista, y seguro que “tus derechos” como maltratador estarán garantizados, como no podría ser de otra manera, incluso si nos descuidamos, por encima de los de tú victima. Y seguirás haciendo daño, sorteando ilegalidades y pasándote por el forro los límites. Contarás con el apoyo y la aprobación de otros energúmenos que asentirán, victimizaran y justificaran tú actitud: “Algo habrá hecho cuando la trata así”, “Se lo habrá merecido”, ¡Que aprenda a saber quien manda!”, “esto es lo que trae la democracia, que se crean iguales”.
Esos que te apoyan, que te alientan, que te justifican, practican otro tipo de maltrato, tan cruel y lesivo como el tuyo: el moral; otros con su pasividad, con su consentimiento, con su no querer saber nada también: el psicológico. Para ellos, sin dudarlo, tendría que haber una ley, un dictado, una condena, como mínimo tan dura como la que se merecen los que practican este miserable “arte”.

Pero claro, llega un momento en el que nos cansamos de ti, no te aguantamos más, y te denunciamos, de detenemos… te encarcelamos. Y ahí cabrón te muestras tal como eres: cobarde, mezquino, medroso, inseguro, calzonazos, con tus complejos de inferioridad; y lloras (que yo te he visto), suplicas (a mi me lo vas a decir), clamas (¿Qué quieres bastardo?), te arrastras (miserable) …. te sigues mostrando como eres.

Pero tienes suerte gusano, estas en un país garantista, y te damos otra oportunidad, y otra, y otra; pero tú sigues con tú obsesión, con tu actitud, con tú “enfermedad”. Y volverás a las andadas, y un día “se te irá la olla” y harás lo que tenias en mente continuamente, y luego vendrán las lamentaciones, las declaraciones de propósitos, las soluciones que nunca llegan…. La foto de cara a la galería.

Estará en nuestras manos que en la medida de lo posible evitemos estas situaciones. No consintamos con nuestro silencio, con nuestra pasividad, con nuestro consentimiento por omisión que siga pasando: denunciemos, hagámosles la vida imposible, enfrentémoslos a ellos, sin miedo, sin tapujos, sin piedad........... sin misericordia.




© capitantrueno

1 comentario:

Rosa dijo...

tremendo problema el de la violencia de género.
un beso y que el nuevo año te traiga aquello que más desees.