El lado oscuro

Esta mañana, como cualquier día que el trabajo me lo permite, lo primero que he hecho ha sido abrir el ordenador y empaparme la prensa en general. Por supuesto primero empiezo por las noticias locales, posteriormente paso a las regionales y luego a las nacionales e internacionales; al final, y para “relajarme”, o así debería ser (pero no lo es), abro los diarios deportivos y me voy a ver las noticias de mi aleti, que madre mía como estamos, para variar.

Una vez finalizada esta labor no puedo evitar dirigirme a la sección o apartado de opinión de los leyentes. Lo que se supone que debería ser un ejercicio de opinión y discrepancia en libertad, se convierte habitualmente en un frente de insultos, desprecios, incongruencias y barbaridades. Esta claro que no puedo meter a todo el mundo en el mismo saco, pues caería en la misma dinámica que estos indescriptibles personales; la mayoría, las personas normales, los que tienen opinión propia hacen lo que tienen que hacer: opinar, discrepar, criticar con base y conocimiento, reflexionar, etc.

Bueno, no he podido evitarlo, ya hacia tiempo que tenía yo ganas de hablar de esto, así es que ahí va señores, o lo que seáis:

El lado oscuro

Solitarios, oscuros, intransigentes, fanáticos, sectarios, asociales, son algunos de los apelativos que se podrían utilizar para definir esa extraña especie que al amparo del anonimato, una y otra vez vomitan con desprecio, insultos y descalificaciones permanentes, sus inaceptables e indefendibles juicios.

De todo saben, todo lo opinan, son más que nadie, ponen en tela de juicio cualquier cosa…….. y siempre están ahí, en la oscuridad, en el anonimato de un seudónimo, para que nadie les conozca, para que no les juzguen, sin dar la cara.

Encontrarlos es fácil, tan solo hay que ir a cualquier noticia de los periódicos digitales, paginas web, foros, etc (en Internet), y allí, en ‘su terreno’, bajo un nombre más ridículo que ellos, les verás desopinar, insultar, faltar al respeto, discrepar sin sentido, sin razón, sin base argumental.

PROHIBIDO INSULTAR

Aunque no soy amigo de estereotipos ni prejuicios, me los imagino: hombres de mediana edad (difícilmente hay mujeres, sencillamente porque estas habitualmente forman parte del tercer grupo que describo a continuación), retraídos, introvertidos, solitarios, en la oscuridad de su habitación, sudorosos, con la mesa llena de ‘guarrerías’ (llámese pastelitos, gusanitos, pipas, triskis, etc), cigarrillos a medio terminar, la camiseta con mas lamparones que el palacio real, los ojos enrojecidos de estar constantemente mirando al ordenador, buscando a su próxima victima, a cualquier hora, en cualquier momento. Y ese olor a cerrado, a ‘manío’, a sudor añejo, a…….

Como son cobardes, como no van a dar la cara, como no van a desvelar su identidad, de vez en cuando, para ‘despistar’, por si acaso alguien les pudiera reconocer, se cambian de seudónimo, y se superan, que duda cabe, si el anterior era ridículo, el siguiente lo es más con creces; adoptan identidades falsas. Utilizan el nombre de otros, incluso el de personas disminuidas, deficientes o fallecidas para enmascarar su miseria, su cobardía, su anonimato despreciable.

Me gustaría verlos en un foro público, cara a cara con los que insultáis, despreciáis y criticáis en el anonimato. Me encantaría ver lo que dais de sí, como os expresáis, como defendéis vuestra postura, como justificáis esa hiel, esos insultos, esa falta de respeto, que en el fondo no es más que inseguridad: inseguridad de vosotros mismo, de quien os rodea, de lo que os rodea. Seguro que no seréis capaces, no os atreveréis, no daréis la cara; seguiréis ahí, en vuestro habitáculo, en vuestro mundo…….. en vuestra miseria.

Luego, en segundo lugar, tenemos a los responsables de este desacierto, los que con su pasividad, dejadez y no querer saber nada (los responsables de contenido, redactores jefes, director o lo que sea de los medios de información en cuestión), consienten que individuos no identificados, amparados en la clandestinidad, en el anonimato, en la oscuridad, insulten, amenacen, falten al respeto, ‘opinen’ y creen un ambiente bélico, intransigente y tenso sin dar la cara, sin tener que asumir sus exabruptos, sin responsabilidad.

Por último, y como debe ser, están los/las que opinan, disienten, discrepan, reflexionan, critican, pero con cordura, con educación, con fundamentos, con base, sabiendo lo que dicen, escribiendo lo que piensan, manifestándose, y no teniendo ningún reparo en defender sus posturas públicamente, sin esconderse. El ser críticos y asertivos son cualidades que nos fortalecen como seres humanos, nos refuerza como personas que sabemos defender nuestras ideas, pensamientos, pareceres.

Lo primero es fascismo encubierto, ideario rancio y sectario; lo segundo… pues yo no me atrevo a calificarlo, allá cada cual con sus responsabilidades y “código deontológico”; lo tercero es libertad de expresión, reflexión y crítica coherente, y yo sin dudarlo, me quedo con lo último.

Salud © capitantrueno

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